No me derrumbaré, no caeré, ni me
dejaré domar por la sociedad. Nada hará que yo deje de ser quién soy, por muy
mal que me sienta, por muy sola que esté, por muy negro que vea el fondo del
lago, aguantaré en la superficie y nada me hundirá. Puede que nadie llegue a
comprender mi alma y ella deba vagar durante años sola, pero yo estaré con
ella, susurrándole al oído que todo saldrá bien. Ningún fajo de billetes me dirá
quién debo ser. Nada. Absolutamente nada, podrá entrar en mi ser y romper los
hilos que me mueven. Me mantendré fuerte y seguiré siendo yo aunque se hunda mi
techo. Llegaré al final de mi vida como lo que soy, no como una figura corrupta
y desconocida. Ésa seré yo.
Mariel
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